Una conversación con Xiye Bastida, una activista climática mexicana-chilena que abraza su creencia indígena otomí de que si cuidas la Tierra, ella cuidará de ti. Xiye es una de las voces más fuertes de su generación y una de las organizadoras principales de la Iniciativa Re-Earth, organización juvenil para hacer que el movimiento climático sea accesible para todos.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Xiye sobre su visión de un futuro mejor.
Tenemos que pensar en cómo todo lo que hacemos está preparando y configurando el mundo para las futuras generaciones. Como me decía mi abuela: “deja todo mejor de lo como lo encontraste”. Y eso es algo que se puede aplicar a cualquier cosa, ya sabes, a una habitación cuando visitas la casa de alguien, pero también se aplica a nuestro mundo.
Mi papá también me enseñó que cuando pensamos en nuestras acciones, tenemos que pensar en las últimas siete generaciones para aprender de su sabiduría y en las siete futuras generaciones para pensar en su estabilidad. Además, siempre me recuerda un dicho indígena muy importante: “No heredamos la tierra de nuestros antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos.”
Al principio se tenía la idea errónea de que el movimiento Fridays For The Future estaba distrayendo a los niños de la escuela porque básicamente no íbamos a la escuela para asistir a protestas. Y la verdad es que estamos protestando contra la industria de los combustibles fósiles, estamos protestando contra los sistemas que están destruyendo nuestro planeta. Y cuando nos reunimos con los maestros y el comite escolar para pedirles que nos dieran ese día libre, el 20 de septiembre de 2019, que fue una de nuestras mayores protestas, hubo un cambio de mentalidad. No es que no queramos aprender, en realidad estamos pensando en algo más grande, y esto es algo que todos necesitamos.
Creo que es muy importante para nuestra generación porque ya probamos todo lo demás, probamos muchas formas diferentes antes de protestar. Y cada vez, la gente decía “te escuchamos”, pero en realidad no hacían nada, nada cambiaba. Así que tenía que haber un cambio en la forma en qué abordamos el activismo.
Entonces, cuando no hacemos lo único que se supone que debemos hacer cuando somos niños, ir a la escuela, fue cuando obtuvimos la atención del mundo. Fue entonces cuando obtuvimos la atención de nuestros padres, la atención de nuestros maestros, la atención del gobierno. Y creo que fue entonces cuando el movimiento creció exponencialmente.
Quiero que este movimiento tenga que ver con la alegría, quiero que este movimiento se trate de luchar por la alegría de nuestros hijos. Luchamos por la alegría de las futuras generaciones, luchamos por la alegría de las comunidades. Y entonces, creo que el objetivo es hacer del movimiento climático una comunidad de una manera que refleje la comunidad que queremos ver en el mundo.
Mi objetivo es que sea regenerativo y no agotador. No quiero que el activismo deje de existir por agotamiento. El trabajo en sí debe ser sustentable. Las personas dentro de estas organizaciones deben cuidarse unas a otras, con tiempo para descansar, con momentos para celebrar. Todo esto es importante, y si no nos divertimos mientras salvamos el mundo, nunca lo lograremos; debe ser sustentable porque tenemos que estar aquí a largo plazo.
La Generación Z ha sido etiquetada no solo como una generación de tecnología, sino también como una generación que ignoraba las cosas que estaban ocurriendo en todo el mundo. Y a medida que nos hicimos mayores, a medida que empezamos a aprender más cosas en la escuela y también a aprender cosas a través de las redes sociales, vimos que había una desconexión entre lo que significa justicia y lo que realmente estaba sucediendo.
Así que le dimos la vuelta a todo y decidimos no sólo actuar, sino también usar las redes sociales y diferentes tipos de tecnología para comunicarnos entre nosotros para organizar protestas, llamar a la gente a que tome acción, difundir información, educarnos a través de nuestros propios canales. Y eso ha tenido un impacto global que ha llegado a millones de personas en todo el mundo y ha pendido la mecha a jóvenes activistas en todas partes.
Ser intencional sobre lo que consumes. Ser intencional sobre lo que necesitas. Pregúntate, ¿qué necesito? ¿qué no necesito? Y cómo se pueden comprar cosas de mejor calidad, porque durarán más.
Otro punto que quería plantear es que ahora mismo somos una cultura de usar y tirar, una cultura a la que le gusta comprar y tirar cosas. Pero tenemos que pensar en lo que significa tirar algo. Nunca desechas algo realmente, simplemente se mueve fuera de tu vista, simplemente se mueve de donde puedes verlo. Y es por eso que tenemos un problema de desechos en Estados Unidos y en todo el mundo. La mayoría de nuestros desechos se envían a comunidades pobres de los países del sudeste asiático, lo que termina contaminando sus tierras y perjudicando su salud.
En realidad no estamos lidiando con el problema. Y el problema no solo proviene de la oferta, sino también de la demanda; nuestras elecciones como consumidores tienen un gran impacto en lo que producen las empresas. Entonces creo que una vez que cambies tu mentalidad, una vez que cambies tu forma de ver la vida, una vez que cambies tus hábitos, todo lo demás vendrá sin esfuerzo, y en realidad será fácil para ti elegir cosas buenas, que duran y que importan.
Esta chamarra la he tenido durante tanto tiempo y me recuerda lo valioso que es ponerle un toque personal a tus cosas para hacerlas únicas e importantes. Me encanta esta chamarra, todo lo que dice y todos los símbolos que tiene, podría ponerlo en un cartel y caminar con el cuando estoy protestando.
La ropa no se trata sólo de cómo se verá determinada pieza. Creo que la ropa también es un vehículo importante de autoexpresión. Cuando puedes poner algo en tu chamarra que represente lo que defiendes, se vuelve personal. De repente, puedes comunicarte con el mundo a través de ellos.
Desde mi perspectiva, siento que le decimos a la gente que debería cambiar mucho, pero al mismo tiempo, siento que lo que la gente debería defender no es sólo el cambio dentro de sí misma, sino también el cambio desde los lugares donde consumen. La conversación va en ambos sentidos. No sólo tenemos que ser conscientes de nuestro consumo, sino exigir ser conscientes a las empresas de las que consumimos. Porque al final del día, los consumidores son los que comprarán, los que usarán, los que pondrán las cosas de moda.
Nosotros tenemos el poder. Y no sólo tenemos el poder de marcar tendencias o el poder de lo que se compra, sino que tenemos el poder de cuestionar cómo se hacen las cosas. Y creo que eso es realmente importante porque podemos exigir mejor, debemos exigir mejor, debemos exigir mejor y las empresas sólo están esperando ese impulso, porque no sólo va a venir de una legislación, tiene que venir de los consumidores.
–Xiye Bastida
