En conversación con Emma Chamberlain, quien, en sus propias palabras, es una “creadora honesta”, presentadora de podcasts, dueña de una compañía de café, amiga, hija, mamá de un gato, amante de la moda y las compras vintage.
Tuvimos la oportunidad de hablar sobre su obsesión por las compras de segunda mano y cómo los pequeños cambios pueden tener un gran impacto en el mundo
En mi opinión, dejar el mundo mejor del que encontramos significa simplemente hacer tu parte como persona y concentrarte en los pequeños cambios que puedes hacer. Porque eso motivará a todos los que te rodean y ellos a todos los que los rodean, y después te das cuenta que pueden suceder cosas increíbles.
Desde que comencé a meterme en la moda, comprar en tiendas de segunda mano ha sido mi recurso favorito para construir mi clóset por muchas razones.
Número uno, es sustentable, lo cual es una ventaja increíble. Estamos consumiendo lo que ya existe, lo que de otra forma terminaría en un vertedero o posiblemente en el océano. Tomamos esas cosas y las volvemos a hacer hermosas. Las volvemos a poner de moda. Las estamos haciendo divertidas de nuevo.
Número dos, es rentable. Puedes comprar muchas piezas por el precio de un top de tu tienda favorita. Y ahora puedes hacer 10 atuendos diferentes. Es asombroso.
Número tres, tiene algo de creativo porque cuando compras en una tienda de segunda mano, estás creando desde cero.
No hay estantes de tendencias, no hay reglas, sólo eres tú y estas piezas aleatorias que no sabemos de dónde vienen y puedes hacer algo con eso. Y para mí eso es creatividad. También me encanta pensar en dónde han estado estas piezas antes de que llegaran a mí. Qué historias tienen, hay algo realmente especial en eso… ¡y me encanta!
Recuerdo que cuando empecé a comprar de segunda mano, una de las primeras cosas que quería encontrar era un par de Levi's® vintage. Todo el mundo los estaba usando. Necesitaba ser parte de eso. Se veían tan cómodos que son atemporales. Fue imprescindible para mí. Y recuerdo que fui a la tienda de segunda mano local todas las semanas durante meses. Y recuerdo el día en que encontré mi primer par de Levi's® vintage. Casi grito frente a todos porque estaba muy emocionada. Era azul con un lavado medio, era perfecto. Me quedaron perfectamente y fue uno de los sentimientos más satisfactorios. Y, desde entonces, me enganché. Mi colección vintage de Levi's® está en constante crecimiento. Porque los amo. Son la columna vertebral de mi clóset. Uso Levi's® cinco de los siete días a la semana. Y cada vez que encuentro un par que me queda, tengo que comprarlos.
Una de mis cosas favoritas es darle una nueva vida a la ropa vieja. De cualquier manera posible. Ya sea que eso signifique convertir jeans en shorts o convertir una blusa en un croptop, cortar las mangas de una camisa, hacer agujeros en una sudadera vieja con capucha, pintar cosas...
Se siente realmente bien reinventar piezas asombrosas en piezas aún más asombrosas. Me encanta reutilizar piezas viejas, porque a veces me encanta algo pero lo he usado demasiadas veces, y me harto de eso, pero no quiero deshacerme de él. ¿Qué hacer? Le doy otro toque, lo reutilizo, lo hago nuevo, lo hago genial. Recientemente tomé algunos pares de mis jeans y les corté la parte inferior para que se sintieran como pescador/brincacharcos. Estoy obsesionada, los uso todo el tiempo. Antes sólo estaban acumulando polvo en mi clóset.
Creo que comprar de segunda mano es una forma de consumo consciente, porque estás comprando algo que ya existe. Y no estás aumentando el desperdicio.
Hay algo tan genial y emocionante en llevar una prenda que alguien ha usado antes que tú. Las historias que guarda. Hay algo especial en eso, incluso una pequeña mancha. Quizás Andy Warhol estaba usando jeans y es tinta de su trabajo, nunca se sabe.
